La primera carta de Pablo a los tesalonicenses fue escrita para alentarlos a que llevaran una vida justa mientras esperaban el regreso de Cristo. Justo antes de hablar de la venida de Jesús, Pablo resaltó la necesidad de vivir de una manera que agrada a Dios. Los creyentes que tengan una buena relación con Dios y que estén vivos cuando Jesús venga serán levantados con Él. Serán librados de la ira de Dios y las consecuencias del día del Señor. Las instrucciones de Pablo son igual de significativas para nosotros hoy, mientras esperamos anhelantes el regreso de nuestro Rey.