Josué y la Tierra Prometida

Después de deambular en el desierto por 40 años, finalmente llegó el tiempo para que el pueblo de Israel tomara posesión de la herencia que Dios les prometió. Moisés había muerto y había trasladado su manto de liderazgo a Josué. Durante los años siguientes, Josué guiaría a Israel en la conquista de la Tierra Prometida, comenzando con la ciudad de Jericó. Atacar a esa ciudad fortificada no era una tarea fácil. Requeriría de armas sofisticadas de guerra y un plan de batalla perfectamente elaborado o, en este caso, de una intervención divina.

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