Acepta las interrupciones

En esta sesión, Pedro y Juan se encontraron con un hombre cojo junto a la puerta del templo. Mientras los dos discípulos se dirigían a la oración, este hombre les pidió dinero. Ninguna de las tres personas—Pedro, Juan o el hombre—anticipó el resultado de esta interrupción. Lo mismo puede ser cierto para nosotros. Nosotros también pasamos por interrupciones en nuestra vida diaria. Estas interrupciones a veces ofrecen una oportunidad para animar, servir u orar por alguien. Aceptar estos encuentros inesperados puede llevarnos a participar de la obra milagrosa de Dios.

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