Espera con paciencia
En esta sesión, nos encontramos con dos hermanas que recurrieron a Jesús cuando su hermano se enfermó, pero Jesús llegó cuando, aparentemente, era muy tarde. Aunque las personas implicadas no se daban cuenta, el tiempo de Dios tenía un propósito que alcanzaba mucho más allá que sus problemas. Todos enfrentamos problemas y queremos que Dios obre en nuestra vida de manera inmediata. Es fácil creer que cualquier retraso en su respuesta significa que Él no está escuchando nuestras oraciones o no las va a contestar. Pero el verdadero mensaje de esta historia es que, por alguna razón, el tiempo de Dios a menudo es diferente al nuestro. La espera generalmente no es algo agradable, e incluso puede parecer una pérdida de tiempo. Pero hay un gran valor en esperar en Dios hasta recibir su respuesta.