Cuando una pandemia despierta un compromiso con las Escrituras
Por | Publicado en Historias personales
Cuando Jeanita Morris comenzó a enviar Escrituras alentadoras a sus amigas aisladas durante la pandemia del COVID-19, ella no sabía que Dios la estaba preparando para ser la pastora de un grupo pequeño.
Debido a las restricciones a las reuniones de personas, la iglesia local de Morris cerró temporalmente sus puertas al principio de la pandemia. Por esta razón, ella alcanzó a las personas virtualmente, al igual que muchas otras personas en todo el mundo, pero sus contactos eran principalmente viudas, como lo es ella. «Algunas son viudas, otras son personas mayores, otras están confinadas en sus casa; todas estas mujeres fueron aisladas debido a la pandemia. Al hablar con ellas, sentí una necesidad urgente de mantenerme conectada».
Morris estableció una llamada vía Zoom y comenzó a estudiar el libro de Juan con sus amigas. «Leer directamente del evangelio de Juan me pareció una manera perfecta de escuchar la Palabra y desarrollar relaciones», dice Morris. «Mientras hablábamos, me sorprendió que muchas de estas mujeres de varias denominaciones no fueran conscientes de que la Biblia podía ser estudiada en profundidad. Ellas expresaron que antes de nuestras llamadas por Zoom, pensaban que era responsabilidad de los líderes de la iglesia, no de los asistentes a la iglesia, leer y explicar las Escrituras».
Las llamadas vía Zoom permitieron a sus amigas la libertad de hacer preguntas, discutir textos y desafiarse las unas a las otras. «Luché contra mis sentimientos de ineptitud ya que no fui preparada para estudiar las Escrituras», admite Morris, «pero debido a que la iglesia no se reunía físicamente, me vi obligada a superar esos sentimientos». Ella se dirigió al pastor de los grupos pequeños Dylan King, quien la ayudaría a responder las preguntas y le indicaría otras Escrituras para que ella las compartiera con sus amigas.
«Jeanita comenzó a hablar en un contexto en el que los oyentes sólo habían escuchado a los líderes religiosos interpretar la Escritura», reflexiona el pastor Dylan, «y por primera vez en su vida, ellas estaban leyendo, examinando el contexto y extrayendo el significado por sí mismas. Es sumamente poderoso».
Morris prosigue: «Cuando nos volvimos a reunir, compartí lo que había aprendido de Pastor sobre la Palabra, y siempre nos sorprendió a todos que la verdad bíblica prevaleció a través de las denominaciones y la cultura, elementos que podrían haber sido barreras. Independientemente de nuestros diferentes trasfondos, hemos descubierto que la verdad nos ha traído unidad, no división. Llegó al punto en que no era únicamente yo la que enseñaba, sino era realmente un grupo de mujeres que aprendían juntas y se enseñaban entre ellas».
La unidad prevaleció y corrió la voz. Pronto las amigas de Morris pidieron unirse al estudio de la Biblia de una hora de duración vía Zoom, y el número aumentó semanalmente. Donde cinco mujeres originalmente se reunían semanalmente, ahora cada semana hay de treinta a cuarenta mujeres en la reunión vía Zoom. Algunas han orado vía Zoom para recibir la salvación, y tomado una decisión por Cristo. «Estas mujeres están desarrollando una relación personal con Jesús, algo que ellas nunca pensaron que era posible», dice asombrada Morris.
Incluso más allá de las llamadas vía Zoom, las mujeres se han puesto a disposición las unas de las otras, lo que ofrece una comunidad verdadera. Morris continúa: «Las mujeres comenzaron a compartir sus necesidades físicas, y estamos más que dispuestas a recoger alimentos la una para la otra y hacer entregas seguras en las puertas de aquellas que están enfermas». Ellas han realizado llamadas adicionales vía Zoom para compartir el café y un momento social, y otras llamadas para escuchar música de adoración. «Ahora tenemos una comunidad», dice Morris, «donde existe la sinceridad y el interés genuino. Y todo comenzó cuando comenzamos a estudiar la Biblia juntas».
El pastor principal Chris Frye está fascinado con el desarrollo de esta comunidad: “Lo más sorprendente es que la pasión de estas mujeres mayores ha captado a las generaciones más jóvenes, y ahora incluso dentro y fuera de estas llamadas, las mujeres mayores están enseñando a las más jóvenes. Este grupo sigue creciendo. Se están apoyando mutuamente, ministrando a las madres solteras, y andando juntas a través de todo lo que la pandemia les trae. Estos grupos pequeños no son sólo algo a lo que estas mujeres asisten como complemento a nuestro servicio; esta es su iglesia».
Antes de la pandemia, New Hope Eunice tenía grupos pequeños, «pero no eran tan fuertes como queríamos que fueran», dice el pastor Chris. «Desde que volvimos a abrir las puertas de nuestra iglesia al comienzo del verano, nos hemos centrado más en los grupos pequeños y en capacitar a los líderes de los grupos pequeños. Lo que Dios ha hecho a través del grupo de la señora Jeanita es un modelo y un vislumbre de lo que creemos que Dios tiene para el futuro de la iglesia New Hope: ¡Queremos que sea una iglesia tan fuerte que los servicios dominicales sean sólo una celebración del ministerio que se realiza durante toda la semana!» Esta siempre ha sido la esperanza, pero la iglesia ahora está viendo su cumplimiento. El pastor Dylan y la señora Jeanita han abierto el camino.
El pastor Chris tiene planes para que la iglesia New Hope continúe un énfasis en el ministerio de los grupos pequeños en el próximo año, y planea usar Proyecto de Compromiso Bíblico (PCB), para hacerlo. «Ahora tenemos 40 líderes de grupos pequeños y el 60 por ciento de la participación de nuestra iglesia en estos grupos pequeños, y el currículo alineado por edades del PCB me da la capacidad de preparar directamente a todos estos líderes, así que importa las edades que ellos dirigen. Sé que si estos líderes tienen preguntas como la señora Jeanita, que además del apoyo del personal de la iglesia y otros líderes de grupos pequeños, el PCB tiene muchos recursos (capacitación de líderes de grupos pequeños, guías para los facilitadores y más) que pueden prepararlos para ser los mejores líderes que puedan ser».
«Espero que esta experiencia ayude a otros a darse cuenta de que ellos también pueden conectarse y desarrollar relaciones», dice Morris. A veces, el proceso para ministrar comienza con un mensaje de texto y un corazón receptivo para entender la Biblia.