Sirvo a otros
No podemos vivir de corazón para Dios si no estamos dispuestos a servir a los demás. Podemos seguir a Dios e ignorar a quienes nos rodean, pero Dios quiere que amemos a la gente. En la historia del buen samaritano, Jesús nos enseña cómo servir. El samaritano amó a su prójimo y agradó a Dios con el servicio que prestó a su prójimo.