El poder liberador de Dios capta nuestra atención a través del éxodo del pueblo de Dios desde Egipto. Luego, estamos invitados a escuchar sobre el viaje de los israelitas cuando se enfrentan a la provisión de Dios en el desierto. Como parte del plan futuro de Dios para su pueblo, Moisés recibe los Diez Mandamientos y se los entrega. Después de estos eventos, nos vemos inmersos en la batalla de Jericó absorbidos por la poderosa demostración de Dios del cumplimiento de sus promesas, lo que resulta en la victoria israelita. Dios se ha propuesto que vivamos libres, libres de la esclavitud y la opresión de nuestro mundo. Cada paso que damos con Él nos capacita para vivir una vida victoriosa que agrada más a Dios.