Después de la aparición de Dios a Moisés en la zarza ardiente, Moisés dejó su hogar en el desierto donde vivió por 40 años y regresó a Egipto, al hogar de su niñez. Una vez allí, se reencontró con su hermano Aarón y su hermana Miriam. A causa de la falta de confianza que Moisés tenía en sí mismo, Dios permitió que su hermano Aarón fuera su portavoz ante faraón. Juntos se acercaron a faraón para pedirle que dejara ir al pueblo de Dios a adorarle al desierto. Así comenzó una lucha de poder entre el faraón de Egipto y el Dios de los israelitas. En nuestra sesión de hoy, veremos la culminación de esa lucha de poder.