Aprendemos a andar en la fuerza y la guía del Espíritu Santo, ya que estamos capacitados para ser sus testigos. Después de este poderoso derramamiento inicial del Espíritu, vemos cómo los primeros creyentes se unieron, y formaron los inicios de la Iglesia. En la Sesión 3, nos encontramos con un hombre llamado Saulo, que experimentó cómo Dios puede transformar a una persona en una fuerza poderosa en su Reino. Finalmente, se nos recuerda que el llamado de Dios tiene un costo. Aunque podemos enfrentar la persecución como seguidores de Cristo, estamos convencidos de que Dios nos equipa con su Espíritu para enfrentar las presiones del mundo.