En su libro clásico, Mero Cristianismo, C. S. Lewis concluyó que quienes se niegan a creer en la afirmación de Jesús de ser Dios no tienen otra opción que tildarlo de loco o de ser el diablo. Jesús preguntó a sus discípulos quién decía la gente que era Él (Mateo 16:13). Ellos le dieron muchas respuestas. Pero luego, Jesús les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy?». Dos mil años después, posiblemente no haya una pregunta más importante que tengamos que responder, que esa.