Jesús es el Señor
En esta historia bíblica, Jesús entra en Jerusalén en la última semana antes de su muerte. Hasta ese momento, muchas personas habían escuchado hablar sobre sus asombrosos milagros y sanidades. Jesús cumplió la profecía al entrar en la ciudad montado en un asno y ser recibido por las alabanzas de la gente. Esta entrada triunfal se diferencia de los desfiles triunfales de los líderes romanos de la época, que aprovechaban la ocasión para mostrar su poder. Jesús nos enseña que, si bien Él hace las cosas de otra manera, sigue siendo el Señor de nuestra vida.