José perdona a sus hermanos

Después de su riña con Esaú, Jacob dejó su hogar, se casó con dos mujeres y tuvo doce hijos. Su hijo José era su predilecto. Los hermanos de José se pusieron celosos y, finalmente, lo vendieron como esclavo. Ellos le dijeron a su padre Jacob que los animales salvajes habían matado a José. Los mercaderes de esclavos llevaron a José a Egipto, donde trabajó en casa de Potifar. De la casa de Potifar, José fue a una prisión egipcia. Con el tiempo, y gracias a un insólito giro de acontecimientos, llegó a ser gobernador de Egipto, segundo después de faraón. Mediante la fidelidad de José, y a pesar de todas las dificultades que afrontó, Dios dispuso todas las cosas para bien. Podemos confiar que Dios hará también lo mismo en nuestra vida.

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