Muchos piensan que la adoración es solo canciones y música. Creemos que adorar es lo que hacemos en el servicio el domingo por la mañana. Pero la Biblia nos llama a tener una vida de adoración. Honramos al Señor con nuestras alabanzas y cantos; toda la vida es una oportunidad de honrar a Dios. Adoramos mejor cuando nuestra devoción se convierte en estilo de vida, al ser agradecidos, al dar prioridad a nuestro tiempo con Él, al purificar nuestro corazón y nuestras acciones, y al ofrecer nuestra vida en sacrificio a los demás. Adoramos a Dios cuando lo honramos con nuestra vida.