En esta sesión veremos la idea de priorizar el tiempo con Dios sobre el ajetreo de la vida. Fácilmente nos distraemos en nuestro mundo acelerado. Al preguntar a la gente cómo está, cade vez más personas responden que están muy ocupadas. El ajetreo diario de la vida a menudo puede privarnos de nuestro tiempo con Dios. Como resultado, no queda mucho en nuestro tanque espiritual para resolver los problemas que enfrentamos.

Cuando se trata de nuestra relación con Dios, muchos de nosotros nos sentimos atrapados en cumplir con las expectativas de las personas en lugar de elegir lo mejor según Dios. Veremos esta mentalidad en nuestra historia bíblica. Marta invitó a Jesús a su casa y se le unió su hermana, María. Veremos que Marta estaba muy ocupada con los preparativos por la visita de Jesús. María, por otro lado, eligió hacer algo diferente. Cuando las hermanas se reunieron con Jesús, Él dejó una enseñanza de cómo el ajetreo de nuestra vida puede interferir en nuestra relación con Dios.